Las mujeres tienen que luchar por ellas mismas, por su sueños, tienen que ser valientes y decididas a tomar lo que quieren. Si lo pueden lograr, cuando una está convencida, no hay barreras. "
Marcelina una niña de cabello lacio y negro, vivía en el campo junto con sus 12 hermanos y sus padres. Todas las mañanas salían a trabajar y por las tardes su papá y su mamá los alumbraban con una vela para que hicieran la tarea.
Su padre era un hombre muy justo y ayudaba a mucha gente, su sueño era que sus hijos salieran adelante. Marcelina heredó de él la sensibilidad para ver las problemáticas de las personas y reflejarse en ellas.
A los 14 años, Marcelina ya trabajaba cuidando niños en la Ciudad de México. Y a pesar de que le gustaba mucho su trabajo, se sentía frustrada porque sentía que no podría aspirar a los mismos derechos que otros trabajadores. En reuniones en la parroquia, conoció a otras personas que vivían situaciones similares y eso la motivó a buscar una solución.
Escuché a muchas personas que estaban en la misma situación. Las familias con las que trabajábamos nos decían que éramos parte de su familia, pero pocas veces nos daban lo que necesitábamos como personas. Eso me ayudó a abrirme camino, llegar a estudiar las leyes sobre el trabajo del hogar y ser parte de instituciones internacionales.”
Marcelina ha dirigido varias organizaciones y durante su liderazgo logró que organismos internacionales hablaran sobre la desigualdad en la que viven las personas trabajadoras del hogar y que los legisladores mexicanos reconocieran sus derechos.
El sueño de Marcelina es que todas las personas trabajadoras del hogar conozcan sus derechos para que puedan tener una mejor calidad de vida, y sigue trabajando en eso.
Marcelina Bautista nació en Nochixtlán, Oaxaca, México.
Ilustrada por Frida Kadavre.