Siempre podemos mejorar las cosas desde donde estamos y en nuestra vida diaria. Es muy importante escuchar, reconocer, dialogar y entender a los otros. Para cambiar el mundo es importante que lo hagamos entre todos, porque es una tarea colectiva. "
En una gran ciudad, vivía una familia muy numerosa. En total 10 hermanas y hermanos, y más de 30 primas y primos que convivían de manera cotidiana. Dolores, a quien todo mundo llamaba y llama Lolis, una niña muy feliz y risueña, creció en esa familia unida y solidaria.
Durante su niñez y adolescencia, Lolis pudo conocer los contrastes de la sociedad y darse cuenta que no todas las personas tienen las mismas condiciones de vida, ni el mismo acceso a sus derechos.
A Lolis como a muchas otras personas de su generación, le tocó crecer en una época en la que el gobierno reprimía a los movimientos que estuvieran en su contra de maneras atroces, lo que les movilizó profundamente.
Convencida de que debía encontrar una ruta de cambio, Lolis estudió la carrera de economía y comenzó a participar en movimientos sociales urbanos para conseguir mejores condiciones de vivienda, educación y vida digna. Durante su militancia en estos movimientos, Lolis conoció a su esposo y desde entonces están juntos.
Como pareja, comenzaron a capacitar a dirigentes sociales que habían llegado a cargos en la política y no conocían cómo funcionaba el gobierno, pero tenían la posibilidad de convertirse en agentes de cambio.
Tiempo después, Lolis comenzó a trabajar con pueblos indígenas, facilitando diálogos para llegar a acuerdos que atendieran sus demandas. Así, Lolis encontró su verdadera vocación: dialogar y construir procesos que permitan la transformación.
Yo soy una constructora de paz. Estoy convencida de que podemos transformar las estructuras que causan la injusticia, la desigualdad y la exclusión para fundar nuevas formas de convivencia en el ejercicio pleno de los derechos humanos."
Para Lolis, los derechos humanos son un camino para exigir un cambio y para llegar a esa transformación, el proceso de respeto, reconocimiento y diálogo va a ser igual de importante.
Lolis González nació en la Ciudad de México.
ilustrada por Rafaela López Bravo.