Nos ha tocado vivir momentos históricos, las mujeres que nos antecedieron abrieron caminos y ahora nos toca disfrutar la apertura y seguir abriendo caminos. No traiciones lo más profundo de ti. Sé fiel a tí misma, porque solo así podemos ser felices "
En una familia muy amorosa, nació una niña muy sonriente y consentida, que desde muy pequeña siempre tuvo la inclinación por ayudar a los demás. Se llamaba Consuelo.
Su corazón era tan grande que a veces ponía en aprietos a sus padres, como una vez que se las arregló para comprarle zapatos a todos los niños que iban a hacer su primera comunión porque sus familias no tenían para comprarles un par.
Cuando creció, Consuelo se dio cuenta que no quería casarse y que ayudar a todas personas la hacía feliz, por eso decidió dedicar su vida a Dios y ayudar a las demás personas.
En su vida como religiosa, Consuelo llegó a tener dudas de haber elegido el camino correcto. Pero continuó preparándose y encontró que los derechos humanos y la lucha por la dignidad de las personas era la respuesta.
Para mí, el trabajo de derechos es la bellísima oportunidad de decir sí creo que se puede trabajar por un mundo diferente, donde seamos todos incluidos, donde vivamos sin miedo y donde la agresión y el odio no tenga cabida. Por eso soy una defensora de la dignidad de las personas, porque me permite ser congruente entre mi vida, mi fe y lo que hago."
En la organización que fundó, Consuelo, junto con otras personas, acompaña a familias que buscan a su seres queridos desaparecidos y da asesoría a personas que se encuentran en la cárcel.
Un día, un hombre que había estado en prisión, por fín fue liberado y lo primero que hizo fue ir agradecerle a Consuelo, porque cada que escuchaba su voz, él sentía que no estaba solo, que Dios estaba con él y que las cosas iban a estar mejor.
En ese entonces yo no hablaba de Dios, solo de las leyes y la justicia. Para mí ha sido el mejor piropo que he recibido, he recibido reconocimientos y premios, pero esto me dio tranquilidad porque estoy intentando seriamente ser congruente."
Consuelo nació en Monterrey, Nuevo León, México.
Ilustrada por Adriana Flores Mercado.