Cuestiónate todo, todo el tiempo, y corrobora tus respuestas con otras mujeres, así dejaremos de normalizar realidades que deberían romperse. Otros mundos son posibles con libertad y seguridad. "
En una época en la que el gobierno de ninguna manera toleraba que existieran manifestaciones en su contra, nació y creció una niña a la que le encantaba devorar libros, se llamaba Araceli. En su casa, su padre tenía una enorme biblioteca y a ella le gustaba elegir los libros más grandes y gordos.
En la escuela era muy distinguida y le gustaba preguntar todo. Conforme fue creciendo, comenzó a involucrarse en movimientos estudiantiles y grupos de discusión para reflexionar sobre la situación política y social. Pero las represiones políticas cada vez estaban más presentes, incluso, amistades cercanas a Araceli fueron desaparecidas. A pesar de ello, Araceli continuó con su activismo algunos años más.
Luego de probar con varias licenciaturas, se enfocó en la carrera de educación, comenzó a trabajar para una universidad y se convirtió en madre.
Mi hija Lesvy tenía un especial gusto por aprender idiomas y sabía hablar más de cinco. Una de sus grandes pasiones era el arte, en especial la música."
Un día Lesvy conoció a Jorge y se hicieron novios. Tiempo después se fueron a vivir juntos y durante los pocos meses que duró su relación, Lesvy fue víctima de extrema violencia. Además, Jorge la fue apartando de sus amistades y familia, que cada vez la veían menos.
Una mañana, Lesvy fue encontrada sin vida dentro de la Ciudad Universitaria, en el mismo lugar donde había discutido con su novio. Se dijo que Lesvy se había suicidado, pero Araceli sabía que había sido víctima de feminicidio, es decir, que la habían asesinado por ser mujer.
La muerte de Lesvy ocasionó mucha indignación y generó la movilización de miles de mujeres en todo el país para exigir justicia. Luego de varios años y muchas irregularidades en el juicio, Jorge fue declarado culpable por el asesinato de Lesvy. Ahora, Araceli trabaja en reconstruir su propio proyecto de vida y sueña, algún día, crear una asociación integral donde otras víctimas puedan ser acompañadas en condiciones amorosas en su lucha por justicia y verdad.
Araceli Osorio nació en la Ciudad de México.
Ilustrada por Katia González.