Sonreir, soñar y crear, a pesar de lo horrible, todas las mujeres tenemos que tener la capacidad de sonreir, nunca dejar de soñar que puedes crear lo que sea y entonces crearlo. Atrévete a dar ese paso. "
Había una vez una niña muy traviesa que tenía un corazón muy generoso, se llamaba Carla. En un invierno, sus papás le regalaron una chamarra muy abrigadora y de camino a la iglesia, Carla vio a una mujer y a su hijo pequeño pidiendo dinero. Sin pensarlo se quitó su chamarra nueva y se la dio al niño.
Desde pequeña Carla siempre fue muy artística. Le encantaba hacer manualidades y pintar, pero el teatro era su actividad favorita. A través del personaje de Canica, una payasita, encontró la mejor forma de expresarse.
Al igual que el arte, ayudar a otras personas siempre fue una motivación para Carla. Desde joven formó parte de grupos en la iglesia para hacer trabajo comunitario, pero sentía que quería hacer más.
Si no hago algo, siento que no tiene sentido vivir. Todas las personas tenemos una misión y un talento para ayudarnos a lograr esa misión y si no lo utilizas, si lo desperdicias es como vivir en vano. No tiene que ver con un plan de vida sino la misión de vida."
Un día conoció a una organización que como a ella, combinaban el arte y el trabajo comunitario. Comenzaron a trabajar para que las personas pudieran manifestarse libre y pacíficamente y a acompañar a familias que buscan a sus seres queridos.
Carla descubrió que ahí podía ayudar tanto como ella quería. Con su casco y playera roja, en las manifestaciones camina junto a las familias y víctimas, sumándose a su lucha haciéndola suya.
Lo que más admiro de las víctimas es que a pesar del dolor hacen búsquedas, levantan la voz y se ponen en riesgo para que otras personas nos les pase lo mismo. Eso me crea un compromiso."
Carla Ríos nació en Ecatepec, Estado de México, México.
Ilustrada por Eréndira Derbez