Debemos voltear a ver a los demás. Todos podemos y debemos hacer algo desde nuestra trinchera. No seamos ajenos a los problemas del país, hay muchas personas con las que tenemos una deuda pendiente. "
Desde que era muy pequeña, a María le molestaba que existieran tantas injusticias y desigualdades en la sociedad. Así que para tratar de combatirlas, ya siendo una joven, decidió estudiar derecho.
Cuando María empezó a trabajar como abogada, le asignaron un caso que nadie quería: el de Rosendo Radilla. El señor Rosendo Radilla fue un líder muy querido, que luchó por la salud y la educación de su pueblo, pero un día en un retén militar fue detenido ilegalmente y desaparecido, en 1974.
Durante nueve años, María y otras personas defensoras lucharon para que Rosendo Radilla obtuviera justicia. Aunque aún no se conoce el paradero de Rosendo Radilla, su caso ayudó a que las autoridades hicieran cambios para que ya no ocurran esas violaciones a derechos humanos.
Tuve la fortuna de acompañar a la familia durante todo el litigio ante la Comisión Interamericana, desde antes de que fuera admitido el caso y hasta que salió la sentencia. Fue muy exitoso."
Para María, una defensora de derechos humanos es una persona con ideales que lucha para darle voz a quienes no tienen, por ejemplo, las personas en la cárcel. Por eso, junto con otros amigos, creó su propia organización para defender a personas con discapacidad y privadas de libertad.
Una de mis metas es que en los espacios de privación de libertad se respeten los derechos de las personas, como en los centros psiquiátricos, estaciones migratorias, centros de atención a adicciones, y prisiones. Cuando volteas a ver las prisiones te das cuenta que se tiene que hacer algo, porque implica tener un impacto en la prevención del delito y seguridad.
María nació en la Ciudad de México
Ilustrada por Adriana Flores Mercado.