Türk: Debemos unirnos para proteger el legado de la Declaración de Beijing
24 de febrero de 2025. Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en la 58.ª sesión del Consejo de Derechos Humanos, Panel anual de alto nivel sobre la transversalización de los derechos humanos. Tema: Trigésimo aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing.
Presidente de la Asamblea General,
Distinguidas personas panelistas,
Me complace estar aquí en esta importante ocasión para debatir sobre la transversalización de la igualdad de género.
La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing marcó un hito en la historia de los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Sé que muchas y muchos de ustedes participaron activamente en su desarrollo.
Este documento encapsuló la increíble movilización, sabiduría y experiencia de los movimientos feministas y de las organizaciones de derechos de las mujeres, y dio lugar a avances significativos.
La Declaración impulsó una postura global contra la violencia de género. Más de 160 países aprobaron leyes para abordar la violencia doméstica.
Desde su adopción, el número de mujeres en los parlamentos del mundo ha aumentado a más del doble.
Y desde 2015, 50 millones más de niñas han sido escolarizadas a nivel global.
Hoy necesitamos con urgencia esa misma movilización y solidaridad para contrarrestar el creciente retroceso en los derechos de las mujeres y la igualdad de género, especialmente en lo que respecta a los derechos sexuales y reproductivos.
Debemos unirnos en torno a la Declaración y la Plataforma de Acción para enviar un mensaje claro de que la violencia de género, la discriminación y la misoginia que están resurgiendo no tienen cabida en nuestro mundo.
Excelencias, distinguidas personas delegadas,
La violencia contra las mujeres es un flagelo persistente, y se ha desbocado en línea, en las calles y en los hogares. Cada hora, seis mujeres o niñas son asesinadas por su pareja o un miembro de su familia, y las cifras reales son, casi con certeza, aún más altas.
En 2023, la proporción de mujeres asesinadas en conflictos armados se duplicó en comparación con el año anterior, y el número de casos de violencia sexual relacionada con conflictos, verificados por las Naciones Unidas, aumentó en un 50%.
La idea retrógrada de que los hombres deben controlar las decisiones y cuerpos de las mujeres está retomando fuerza de nuevo.
Incluso el concepto mismo de igualdad de género está siendo cuestionado. Me resulta impactante y desconcertante que influencers misóginos tengan millones de seguidores en redes sociales y sean aclamados como héroes en algunos sectores.
Los derechos de las mujeres están siendo ignorados y negados de distintas maneras en todo el mundo. Ningún país ha logrado la igualdad de género.
Este es un fracaso masivo en materia de derechos humanos y un problema que no afecta solo a las mujeres y niñas, sino a toda la sociedad.
Ningún país puede avanzar de manera sostenible —política, económica o socialmente— mientras siga subordinando o excluyendo a la mitad de su población.
La plena participación y liderazgo de las mujeres hace que los acuerdos de paz sean más duraderos, el desarrollo más sostenible, la acción climática más efectiva y las economías más resilientes.
Tomemos el caso de la catástrofe climática. Las mujeres y niñas tienen 14 veces más probabilidades que los hombres de morir en eventos climáticos extremos, y cuatro de cada cinco personas desplazadas por el cambio climático son mujeres y niñas. Ninguna región podrá abordar verdaderamente la crisis climática sin escuchar a las mujeres, quienes tienen una posición única como agentes de cambio.
Veamos la diplomacia, donde un número creciente de países ha adoptado una política exterior feminista en la última década, priorizando la igualdad y la justicia como condiciones esenciales para la paz, la prosperidad, el desarrollo y la seguridad. Lo cual reconoce, por ejemplo, que la participación de las mujeres aumenta en un 35 % la probabilidad de que un acuerdo de paz dure 15 años.
O tomemos el ejemplo del crecimiento económico. Las estimaciones sugieren que cerrar la brecha salarial de género podría aportar hasta 7 trillones de dólares a la economía mundial.
Los derechos de las mujeres y la igualdad de género no son negociables. Tendrán un efecto enorme, catalizador y multiplicador en todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Sabemos que el progreso es posible, nuestra historia y las personas líderes de los movimientos de derechos de las mujeres nos muestran el camino. También lo hacen las mujeres y niñas de todo el mundo que hoy exigen equidad.
Mi Oficina está trabajando con todas esas personas para avanzar en su lucha.
En México, apoyamos la lucha contra la impunidad en los casos de feminicidio.
En Colombia, respaldamos actividades clave de consolidación de la paz con las mujeres en el centro. En Sudán del Sur, trabajamos para aumentar la participación de las mujeres en la toma de decisiones.
Y en Ucrania, apoyamos a las mujeres sobrevivientes de la violencia sexual relacionada con los conflictos.
Seguiremos impulsando iniciativas como estas en todo el mundo, celebrando la diversidad, defendiendo la autonomía corporal, promoviendo la equidad en espacios de familia, en la cultura y en la religión, y presionando para que haya más mujeres en las mesas de toma de decisiones.
Promoveremos y protegeremos los derechos de las mujeres y la igualdad de género todos los días y en todas las oportunidades. En la labor de incidencia de mi Oficina y en mi interacción con los Estados. Este es mi firme compromiso con las mujeres y las niñas en toda su diversidad, en todos los lugares del mundo.
Pero esto también debe ser una prioridad nacional y un compromiso global: una promesa de los Estados y de las sociedades a las mujeres y niñas para defender sus derechos, para proteger y desarrollar el legado de la Declaración de Beijing, y para desmantelar el patriarcado, ladrillo por ladrillo.
Gracias.
Fin