“Una tarea mortal” – Expertos de Naciones Unidas instan a todos los gobiernos a proteger a las personas defensoras de derechos ambientales.
GINEBRA (2 de junio de 2016) – Con ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente que se celebrará el próximo domingo 5 de junio, tres expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas hicieron un llamado a todos los gobiernos a proteger a las personas defensoras de derechos ambientales y de la tierra.
El Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos y el medio ambiente, John Knox; el Relator Especial de la ONU sobre la situación de los defensores de los derechos humanos, Michel Forst, y la Relatora especial sobre los derechos de los pueblos indígenas, Victoria Tauli Corpuz, enfatizaron que proteger a las personas defensoras de derechos ambientales es crucial para proteger el medio ambiente y los derechos humanos que dependen del mismo.
“Defender el medio ambiente puede ser una tarea peligrosa e incluso mortal. Bertha Cáceres, la ganadora del Premio Goldman asesinada en Honduras en marzo, es sólo una de las docenas de ambientalistas asesinados este año.
Cada semana, en promedio, dos activistas de los derechos ambientales y de la tierra son asesinados y los números están empeorando, según la ONG internacional Global Witness. La situación es especialmente grave en América Latina y el Sudeste Asiático, pero afecta a cada región del mundo. Es realmente una epidemia mundial.
En este Día Mundial del Medio Ambiente, queremos subrayar que las personas defensoras de los derechos ambientales deben ser celebradas como héroes por ponerse a sí mismas en riesgo para así defender los derechos y el bienestar de las demás personas. En vez de esto, a menudo son señalados como si fueran enemigos de su país.
Los valientes hombres y mujeres que trabajan para proteger el medio ambiente son rutinariamente acosados, amenazados, detenidos ilegalmente, e incluso asesinados, simplemente por oponerse a poderosos intereses económicos y gubernamentales empeñados en explotar y destruir el medio ambiente del que todas y todos dependemos.
El disfrute de una amplia gama de derechos humanos, incluidos los derechos a la vida, la salud, los alimentos, el agua y la vivienda, dependen de un medio ambiente sano y sostenible. Quienes trabajan para proteger el medio ambiente no son sólo los defensores del medio ambiente, son también defensores de los derechos humanos.
En marzo de 2016, el Consejo de Derechos Humanos adoptó una resolución que exige a los Estados que garanticen los derechos y la seguridad de las personas defensoras de derechos humanos, incluidos quienes trabajan para lograr la realización de los derechos económicos, sociales y culturales.
Ese fue un paso positivo, pero los gobiernos deben hacer mucho más. Tienen la obligación bajo las normas de derechos humanos de proteger los derechos a la libertad de expresión y asociación de los ambientalistas respondiendo rápida y efectivamente a las amenazas, investigando sin demora los de actos de acoso y violencia, protegiendo la vida de las personas en riesgo, y llevando a los responsables ante la justicia.
Los Estados también deben adoptar e implementar mecanismos que permitan a las personas defensoras comunicar sus quejas, exigir responsabilidades y obtener reparación efectiva por las violaciones a sus derechos, sin temor a intimidación.
Los Estados también deben tomar medidas adicionales para salvaguardar los derechos de los miembros de las comunidades marginadas y vulnerables, especialmente de los pueblos indígenas, que son particularmente susceptibles a los daños ambientales. Actualmente los estados están fallando en cumplir con estas obligaciones. De los cerca de 1,000 asesinatos reportados durante la última década, en menos de 10 se han producido condenas.
Durante el último año, la comunidad internacional ha alcanzado un consenso sobre los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible como una hoja de ruta para un futuro más sostenible, próspero y equitativo. Sin embargo, estos objetivos no pueden cumplirse si quienes están en la primera línea de defensa del desarrollo sostenible no son protegidos.
Es irónico que las personas defensoras de los derechos ambientales a menudo son calificadas como “anti-desarrollo”, cuando, al trabajar para lograr un desarrollo verdaderamente sostenible, son en realidad más pro-desarrollo que las empresas y los gobiernos que se oponen a ellos.
La protección de las personas defensoras de derechos humanos ambientales es crucial para proteger el medio ambiente y los derechos humanos que dependen del mismo, y los gobiernos nunca deben olvidarlo.”
Fin