Palabras de Jesús Peña durante la presentación del Programa de Derechos Humanos de Querétaro

Un especial saludo para el Subsecretario Roberto Campa Cifrián, por su impulso y respaldo a los programas estatales de derechos humanos y con quien la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos viene trabajando desde que asumió su actual cargo en varios temas relevantes para los derechos humanos en el país, uno de ellos es el objetivo de que todas las entidades federativas dispongan a la mayor brevedad posible de un programa estatal de derechos humanos.

Y por supuesto, un afectuoso saludo para todas y todos los Funcionarias y funcionarios de los tres poderes del Estado de Querétaro que nos acompañan el día de hoy y para las y los periodistas presentes, tengan todas y todos ustedes muy buenos días.

Para la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos es un honor poder estar el día de hoy con todas y todos ustedes en la Instalación del Comité Coordinador para la elaboración del Programa Estatal de Derechos Humanos de Querétaro y agradezco la invitación formulada a la Oficina y la confianza depositada en su equipo para acompañar este proceso.

El reto más importante en materia de derechos humanos al que se enfrentan los Estados, y del que por supuesto, es partícipe la Oficina del Alto Comisionado, es lograr que el conjunto de normas y estándares de derechos humanos que se han reconocido de forma discursiva a nivel internacional y nacional, se traduzcan en realidades concretas para todas las personas que habitan en su territorio. En otras palabras, trabajar para “salvar la distancia que existe entre el discurso de los derechos humanos y las crudas realidades que pueden encontrarse sobre el terreno”.

En su visita a México, el Alto Comisionado Zeid Ra’ad Al Hussein, enfatizó la urgencia de resolver los enormes retos de derechos humanos que se enfrentan, reconoció que el país cuenta con recursos humanos de primer nivel para hacerles frente y resaltó la importancia de que sean las personas quienes juzguen los verdaderos avances, principalmente aquellas que se encuentran en condiciones menos favorables.

Con la finalidad de lograr el objetivo de salvar la distancia que existe entre el discurso de los derechos humanos y la realidad, los Estados están obligados a tomar todas las medidas necesarias para concretizar los derechos humanos en la labor gubernamental e impactar positivamente en las distintas esferas de la vida de las personas. Estas medidas deben incluir, además de modificaciones en el ámbito legislativo, una estrategia de implementación de los derechos, basada en la formulación, puesta en práctica y evaluación de políticas públicas, que permita introducir y transversalizar los principios y estándares de derechos humanos en todas las acciones de gobierno, logrando así que la actividad estatal refleje el compromiso de promover el desarrollo integral de las personas, sobre todo de aquellas que se encuentran en situaciones de discriminación o exclusión.

La necesidad de implementar políticas públicas para impulsar la realización de los derechos humanos atiende sobre todo a una lógica de prevención de violaciones y se justifica en tanto que su objetivo es transformar las estructuras sociales, políticas, económicas y culturales que generan dichas violaciones, lo cual implica atender las problemáticas en sus causas y no sólo en sus consecuencias.

Es en este sentido, que desde el año 2003, la Oficina en México del Alto Comisionado ha acompañado diversos esfuerzos, nacionales y locales, para el desarrollo de estrategias de derechos humanos que permitan desde las diferentes voces de la sociedad y del gobierno, identificar los principales retos para hacer vigentes estos derechos en la realidad local, y construir las acciones necesarias para llevarlos a la práctica.

  • Concebir el proceso de elaboración de políticas y programas públicos desde el enfoque de los derechos humanos, inherentemente condiciona este proceso a:
  • construir y conservar espacios efectivos de participación de la sociedad civil para la discusión y toma de decisiones;
  • a garantizar la transparencia y el acceso a la información necesaria para que las discusiones y decisiones se apeguen a la realidad;
  • y por último, a que la base de la discusión sean las obligaciones del Estado derivadas de los estándares y normas internacionales de derechos humanos.

De ahí que las recomendaciones de los diferentes mecanismos internacionales a México en materia de derechos humanos, sean un punto de partida fundamental para el diseño de sus políticas públicas y para el cumplimiento de sus obligaciones.

La perspectiva de derechos humanos en el proceso mismo de construcción de la política pública, permitirá el empoderamiento de la sociedad civil para exigir sus derechos, a la vez que la erige en corresponsable del seguimiento a la implementación de las acciones del Estado en su conjunto. De la misma manera, permitirá fortalecer las capacidades de las instituciones públicas para responder a las obligaciones internacionales que le corresponden.

Sabemos que cada estado tiene contextos muy particulares, pero todos enfrentan importantes retos en materia de derechos humanos. Es por eso que vemos con agrado y reconocimiento la disposición de este gobierno de Querétaro para conocer con mayor profundidad sus problemáticas a través de un diagnóstico y para formular políticas públicas que las atiendan a través de un programa específico de derechos humanos, que al ser el primero de este tipo en la entidad, enfrentará el gran desafío de sentar las bases para incluir un nuevo enfoque en el funcionamiento de múltiples instituciones, de lograr su compromiso y coordinación estratégica, y de generar resultados medibles, con la participación continua de la sociedad civil. Cada paso de este proceso implicará una posibilidad para dejar un precedente constructivo a futuros gobiernos del estado y a cualquier otro que realice un programa similar.

El éxito del proceso dependerá del compromiso de las autoridades para avanzar en la agenda de derechos humanos; garantizar la participación efectiva de la sociedad civil y asegurar asignaciones presupuestales suficientes a las líneas de acción que se definan.

Quisiera refrendar, para concluir estas palabras, el compromiso de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, de seguir trabajando de manera conjunta en la construcción de un México y en concreto de un Estado de Querétaro en donde los derechos humanos sean el eje rector del quehacer público.

Al final, el objetivo es uno sólo: hacer realidad todos los derechos humanos para todas las personas.

Muchas gracias y muchos éxitos al Comité Coordinador que hoy se instala.

Fin