Es tiempo que las y los líderes mundiales cumplan sus promesas de hace 25 años y renueven sus compromisos con relación a los derechos de las mujeres, afirman expertos en derechos humanos
Ginebra (11 de noviembre de 2019) – La comunidad internacional debe priorizar los derechos de las mujeres, con el fin de cumplir con las promesas y compromisos en materia de salud sexual y reproductiva hechos en una histórica conferencia mundial hace 25 años, afirmó un grupo de expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas *.
Aún queda mucho por hacer para cumplir con los ambiciosos compromisos adquiridos en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD) que tuvo lugar en El Cairo, Egipto, en 1994, dijeron los expertos.
“Celebramos el significativo progreso que se ha logrado. Sin embargo, 25 años después, estamos lejos de cumplir con las promesas adquiridas en la agenda de la CIPD”, afirmaron los expertos de la ONU, en una declaración conjunta publicada en el marco de la reunión a la que asisten los líderes mundiales en Nairobi, Kenia, con motivo del aniversario de dicha cumbre.
“Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que se reafirme de manera inequívoca sus compromisos de cumplir con la agenda postulada en la CIPD, y junto con esto, se demuestre su voluntad política y se aumente la inversión en salud y en lo respectivo a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y niñas. Hacemos un llamado a los tomadores de decisiones, para que prioricen los derechos de las mujeres y niñas en el centro de las consideraciones políticas y se involucre a estas en todas las decisiones que les puedan llegar a afectar”.
Los expertos destacaron los principales logros, incluida una caída notable de alrededor del 38% en la tasa de mortalidad materna en el mundo entre 2000 y 2017.
“Sin embargo, más de 800 mujeres mueren diariamente por causas prevenibles relacionadas con aspectos como el embarazo y el parto, muchas de esas mujeres son niñas”, dijeron los expertos.
También, se necesitan acciones urgentes con relación a otros derechos reproductivos, afirmaron los expertos, a pesar de la disponibilidad más amplia de anticoncepción moderna y el progreso que se ha presentado en la derogación de leyes que penalizan el aborto.
“Criminalizar la interrupción del embarazo es una de las manifestaciones más perjudiciales del hecho de instrumentalizar el cuerpo y la salud de las mujeres, ya que esto las expone a diferentes tipos de riesgos para su vida y salud y las priva de su autonomía en la toma de decisiones” dijeron los expertos.
“Veinticinco millones de abortos inseguros ocurren cada año y unos 214 millones de mujeres se ven privadas del acceso a anticonceptivos modernos esenciales, lo que a menudo conduce a la presentación de embarazos no deseados”.
“La práctica persistente del matrimonio infantil en diferentes partes del mundo continúa conduciendo al embarazo adolescente y a la exclusión de las niñas en espacios de educación y empleo, lo cual limita su disfrute de muchos otros derechos”, agregaron los expertos.
“El rechazo y oposición directa de los fundamentalistas religiosos y conservadores políticos hacia los derechos de las mujeres es particularmente agudo en lo relacionado al área de la salud y los derechos sexuales y reproductivos. A pesar de las claras obligaciones de los Estados en materia de derechos humanos en estas áreas, el fuerte discurso de oposición busca apartarse de las apuestas de la agenda de la CIPD, desafiando el derecho de las mujeres a la igualdad y relegando su papel solo a la familia y la procreación.
“Sin el respeto y la protección plena hacía los derechos humanos de las mujeres, la autonomía y la toma de decisiones sobre sus propios cuerpos y vidas, no lograremos el objetivo de desarrollo sostenible en materia de igualdad de género y empoderamiento de todas las mujeres y niñas”.
A la cumbre de Nairobi, que se llevará a cabo del 12 al 14 de noviembre, asistirán jefes de Estado, ministros de gobierno, miembros del parlamento y muchos otros grupos e individuos interesados en la búsqueda de la salud y los derechos sexuales y reproductivos.
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