Palabras de Guillermo Fernández-Maldonado para el acto inaugural del Foro Internacional “Actuación policial y uso de la fuerza: un enfoque diferenciado a la luz de los derechos humanos” de la CNDH
(21 de octubre de 2021). Buenos días, Mtra. María del Rosario Piedra Ibarra, Presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; Sr. Jordy Raich, Representante en México del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR); Lic. Ricardo Mejía Berdeja, Subsecretario de Seguridad Pública de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana; Lic. Francisco Estrada Correa, Secretario Ejecutivo de la CNDH.
Extiendo mi saludo a todas las personas que atienden este Foro Internacional Actuación policial y uso de la fuerza organizado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Es un gran gusto para la Oficina en México de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos participar en este importante evento. Los objetivos de este foro son prioritarios para nuestra Officina: 1) la identificación de prácticas de la función policial y uso de la fuerza en nuestra región, con demostrada coherencia con los estándares internacionales de derechos humanos; 2) el reconocimiento y difusión de los estándares internacionales en materia del uso de la fuerza y, 3) la sensibilización del valor agregado que tiene la incorporación de la perspectiva de derechos humanos en la función policial.
Es un dato fáctico que desafortunadamente todavía es frecuente en el país casos de uso de la fuerza contrarios a los estándares internacionales y muertes en custodia. Al inicio de la pandemia tuvieron lugar casos como el de Giovanni López Ramirez en Jalisco o de Alexis Martínez Gómez en Oaxaca, y más recientemente observamos las acciones del Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional en contra de personas migrantes en la frontera sur, que están alejadas de los principios internacionales de derechos humanos y fueron condenadas por las autoridades.
Estos casos deben llamarnos a la acción y desde la ONU-DH hemos identificado grandes espacios de oportunidad para difundir y poner en práctica los principios internacionales sobre el uso de la fuerza. Si bien existen cursos de capacitación meridianamente incorporados en las instituciones policiales del país, estos casos y situaciones nos muestran que algo no está funcionando y debe mejorarse.
La capacitación y difusión de estándares es necesaria, pero por sí sola insuficiente para generar un criterio de actuación apegado a derechos humanos en los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley (FECHL). Es necesario aterrizar este conocimiento a lo operativo, transparentar los planes y resultados de las capacitaciones, reconocer los aspectos a mejorar, medir los cambios el el desempeño operativo y rendir cuentas cuando hay casos de abusos policiales.
Entre los retos que hemos identificado tiene el Estado mexicano para abordar integralmente la problemática del uso de la fuerza se encuentran: revisar y asegurar el pleno alineamiento de las normas y protocolos sobre el uso de la fuerza al derecho internacional de los derechos humanos; asegurar la implementación en la práctica y en lo operativo de los principios del uso de la fuerza: legalidad, absoluta necesidad, proporcionalidad y precaución/prevención, además de incorporar en la función policial los principios de transparencia, máxima publicidad y supervisión ciudadana.
Hace unas semanas, ONU-DH saludó la decisión del INAI (Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales) que ordena a la Guardia Nacional hacer públicos sus informes sobre uso de la fuerza, de conformidad con la Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza (LNUF), aspecto que está pendiente de cumplimiento. Este es un buen ejemplo de cómo al transparentar su desempeño se puede contribuir a ganar la confianza, que es esencial para su trabajo.
La capacitación adecuada para los FECHL, además de ser una obligación de los Estados, es el mejor medio para prevenir violaciones a derechos humanos, así como para proteger los derechos de los ciudadanos y también de los propios FECHL. Es una fuente para generar confianza y ninguna policía puede funcionar de manera efectiva sin la confianza ciudadana.
Espacios como el de hoy nos confirman que la capacitación y profesionalización no son palabras vacías o simples requisitos formales a cumplir, sino aspectos de vital importancia que requieren generar espacios de reflexión para mejorar la formación en derechos humanos de FECHL y asegurar que casos como los mencionados no se repitan.
Finalmente, hago propicia la oportunidad para reconocer una vez más la importante labor de la CNDH y del Comité Internacional de la Cruz Roja en el país y su iniciativa para contribuir con asegurar que los FECHL en México cumplan los principios humanitarios y de derechos humanos. Es siempre un gusto trabajar de la mano con ustedes.
Nuestra Oficina reitera su compromiso y plena disponibilidad de seguir brindando asistencia técnica y cooperación al Estado mexicano para la efectiva incorporación de los estándares internacionales en la actuación de los FECHL.
Muchas gracias y les deseo una jornada llena de reflexiones importantes.
Fin