COVID-19: “No es una excusa” para retroceder en la protección del medio ambiente, dice experto de la ONU
GINEBRA (15 de abril de 2020) – La COVID-19 no debe ser utilizada como una excusa para debilitar la protección ambiental, dijo David Boyd, Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos y el medio ambiente.
“A la luz de la crisis global ambiental que precede a la COVID-19, estas acciones son irracionales, irresponsables y ponen en riesgo los derechos de las personas vulnerables,” dijo. La declaración del experto se da luego de que un número de gobiernos anunciaran que están bajando sus estándares medio ambientales, suspendiendo requerimientos de monitoreo ambiental, reduciendo medidas de aplicación y restringiendo la participación pública.
“Dichas decisiones de política pública son propensas a resultar en un acelerado deterioro del medio ambiente y tienen impactos negativos en un amplio rango de derechos humanos, incluyendo los derechos a la vida, la salud, el agua, la cultura y la alimentación, así como el derecho a vivir en un medio ambiente sano,” dijo el experto de la ONU.
“La ciencia es clara. Las personas que viven en áreas que han experimentado más altos niveles de contaminación enfrentan un riesgo incrementado de muerte prematura por COVID-19. De manera similar, el acceso al agua limpia es esencial para prevenir que las personas contraigan y diseminen el virus,” dijo Boyd. “La pandemia global subraya la importancia vital de un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sustentable.”
El experto de la ONU hizo notar que tres cuartos de las enfermedades infecciosas emergentes son “zoonosis” – lo cual significa que pasan de animales salvajes o domesticados a los humanos. Esto incluye el Ebola, SARS, MERS y ahora COVID-19. “Los científicos advierten que la deforestación, la agricultura industrial, el mercado ilegal de fauna salvaje, el cambio climático y otros tipos de degradación ambiental incrementan el riesgo de futuras pandemias, aumentando la probabilidad de graves violaciones de derechos humanos,” dijo Boyd.
“Como la COVID-19 está demostrando, las pandemias pueden minar los derechos de billones de personas, especialmente aquellas que ya son vulnerables al daño medio ambiental, incluyendo a personas que viven en la pobreza, minorías, adultos mayores, pueblos indígenas, mujeres y niños.
“La miope decisión de debilitar o suspender regulaciones ambientales empeorará la situación. En su lugar, los gobiernos necesitan acelerar los esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, pues un medio ambiente saludable es un modo efectivo para prevenir pandemias y proteger los derechos humanos.
“A la luz de la crisis global ambiental que precede a la pandemia de COVID-19, los Estados deberían fortalecer sus esfuerzos para proteger el medio ambiente, no debilitarlos,” dijo el experto.
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