Declaración del Alto Comisionado en el Día Internacional de Conmemoración en memoria de las víctimas del Holocausto, 27 de enero de 2016

El Holocausto será por siempre una terrible cicatriz en la conciencia humana. Su nefasta naturaleza de planear y deliberadamente llevar a cabo tal asesinato masivo debe conducirnos a una profunda reflexión sobre las raíces y diseminación de tal violencia.

La discriminación y el odio crecieron y se inflamaron. El discurso de odio incitó a la violencia. Grupos de mujeres hombres y niños – judíos, roma, eslavos, personas con discapacidades, disidentes políticos y otros más – fueron señalados como enemigos y considerados menos que un humano. Fueron humillados, perseguidos, atacados. Y luego comenzaron las transportaciones, con largos números de personas siendo abiertamente transportadas a campos de concentración y de exterminio.

Este nauseabundo proceso de prejuicio exacerbado encontró resistencia en muchos valientes individuos. Sin embargo, en cada etapa de este masivo crimen contra la humanidad, millones de otros asistieron, apoyaron o rehuyeron protestar ante aquellos pasos que llevaron al genocidio.

Hoy, al conmemorar a las víctimas del Holocausto, espero que todos nosotros podamos reflexionar sobre la necesidad de continuar combatiendo el racismo y la intolerancia religiosa o étnica en todas sus formas, y con todas nuestras fuerzas. Este es nuestro solemne deber en memoria de las víctimas: demostrar valor cívico y gobernanza responsable. Debemos prevenir futuros actos de genocidio haciendo frente al desafío que aún hoy tiene la humanidad – la tarea de aprender a vivir juntos, como iguales, en dignidad y con respeto.

Fin