Mensaje de Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU, a propósito del Día Internacional de Conmemoración de las víctimas del Holocausto
Durante la Segunda Guerra Mundial, millones de personas que no se ajustaban a la perversa ideología de la perfección aria de Adolfo Hitler, judíos, romaníes y sintis, homosexuales, comunistas, enfermos mentales y otros, fueron sistemáticamente perseguidas y objeto de redadas y trasladadas a campos de exterminio.
Algunas fueron asesinadas inmediatamente; a otras se les hizo trabajar cruelmente hasta la muerte. Cada año, en el aniversario de la liberación de Auschwitz-Birkenau, observamos el Día Internacional de Conmemoración en memoria de las víctimas del Holocausto para que estos crímenes nunca caigan en el olvido.
El tema de este año, El rescate durante el Holocausto: el coraje de ayudar, rinde homenaje a quienes pusieron en peligro su vida y la de sus familias para salvar a judíos y otras personas de una muerte segura bajo el régimen nazi. Las historias de los salvadores son diversas. Algunos alojaron en sus hogares a quienes iban a ser víctimas; otros condujeron a familias a un lugar seguro o las ayudaron a obtener los documentos necesarios para escapar. Sin embargo, todas las historias tienen un hilo conductor común: el coraje, la compasión y el liderazgo moral.
Varias de estas historias se han convertido en verdaderos iconos, como la de Raoul Wallenberg, un diplomático sueco que ayudó a salvar a miles de judíos en Budapest. Sin embargo, las historias de muchos de los salvadores solo son conocidas por quienes se beneficiaron de sus valientes actos. Este año la conmemoración apunta a ampliar los anales de la historia y dar a esos héroes desconocidos la atención que merecen.
El Programa de divulgación El Holocausto y las Naciones Unidas ha elaborado material educativo sobre estos salvadores. Si bien los actos de genocidio ilustran hasta qué profundidades del mal pueden descender tanto personas como sociedades enteras, los ejemplos de estos hombres y mujeres audaces también demuestran la capacidad de la humanidad para extraordinarios actos de bondad, incluso durante los días más oscuros. En este Día Internacional, recordemos todos a los inocentes que perdieron sus vidas durante el Holocausto y a quienes tuvieron el coraje de ayudar: las personas normales y corrientes que dieron pasos extraordinarios para defender la dignidad humana. Su ejemplo puede ayudarnos hoy a construir un mundo mejor.
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