Mensaje de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos con motivo del Día Internacional de las Personas Migrantes
• Los Estados ignoran las soluciones existentes para atender los problemas de las personas migrantes – Alta Comisionada de Derechos Humanos
GINEBRA – La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, dijo este viernes que la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares continúa siendo uno de los principales tratados internacionales de derechos humanos con menos ratificaciones, 20 años después de haber sido adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas.
“Sabemos qué es lo que se necesita para proteger los derechos humanos de los trabajadores migratorios y de sus familias, cualquiera que sea su situación – y sabemos lo que se necesita para promover condiciones de migración sanas, equitativas, humanas y legítimas. Todo está claramente establecido en la Convención de Trabajadores Migratorios”, expresó Pillay. “Los Estados lo saben, porque hace 20 años se reunieron para redactar estos elementos esenciales en un tratado jurídicamente vinculante”.
“Sin embargo”, añadió, “sólo 44 Estados han ratificado la Convención de Trabajadores Migratorios desde su adopción el 18 de diciembre de 1990, casi todos ellos países en desarrollo. Este es uno de los ritmos más bajos y lentos de adopción de una convención internacional, lo que obstaculiza la efectiva protección de los derechos humanos de todas las personas migrantes”.
La Convención abrió un nuevo capítulo al determinar los derechos de los trabajadores migratorios y sus familias. Proporciona estándares para políticas y leyes internas que reconozcan las vulnerabilidades específicas de las personas migrantes. Promueve condiciones humanas de trabajo y de vida para los trabajadores migratorios, y establece los derechos -a menudo desatendidos- para los miembros de sus familias.
“Dado que las personas migrantes frecuentemente viven en un limbo legal nebuloso y desprotegido en el país anfitrión”, señaló Pillay, “uno de los principales objetivos de la Convención es proporcionar a los Estados una guía explícita sobre la aplicación de los derechos humanos fundamentales de las personas migrantes, incluso si están en situación irregular. Insto a los Estados que aún no lo han hecho, a ratificar la Convención y asegurar su efectiva implementación”.
La Alta Comisionada manifestó que la Convención es “hoy día más relevante que nunca”, ya que el mundo ha atravesado múltiples oleadas de migración en las últimas dos décadas y más de 214 millones de personas son actualmente migrantes internacionales.
“Estamos presenciando una alarmante tendencia a criminalizar la migración irregular, que probablemente alimentará más discriminación, exclusión, explotación y abuso de las personas migrantes en cada paso de su camino”, advirtió Pillay. “Los crecientes informes sobre violencia hacia personas migrantes que se encuentran en tránsito o en los países de destino, reflejan un aumento de intolerancia, xenofobia y racismo en su contra y en contra de sus comunidades, una tendencia angustiosa que subraya la necesidad de mejorar la protección”.
En septiembre, el Grupo Mundial sobre Migración, integrado por 14 agencias de Naciones Unidas, la Organización Internacional para las Migraciones y el Banco Mundial, y que actualmente es presidido por la Alta Comisionada, adoptó una declaración sin precedentes que alza una única voz para la protección de los derechos humanos de todas las personas migrantes, especialmente las decenas de millones de personas migrantes en situación irregular o indocumentadas.
“A menudo, la violación de los derechos humanos de las personas migrantes está estrechamente ligada a leyes y prácticas discriminatorias, y a actitudes enraizadas de prejuicio y xenofobia”, expresó Pillay. “No se debe permitir que esto continúe. La discriminación contra cualquier grupo de seres humanos, incluidas las personas migrantes, es inaceptable”.
Fin