Mensaje de La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Sra. Louise Arbour, con ocasión del Día de la Libertad de la Prensa en el Mundo.

Mensaje de La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Sra. Louise Arbour, con ocasión del Día de la Libertad de la Prensa en el Mundo.
Ginebra, 3 de Mayo, 2007
(Traducción no oficial)

El Día Mundial de la Libertad de Prensa es una ocasión para celebrar la existencia de uno de las pilares de los derechos humanos, reconocido en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, así como para evaluar el grado de cumplimiento de este derecho fundamental alrededor del mundo.

Nunca antes tantos países se habían comprometido a respetar y a defender el derecho de los medios de comunicación a trabajar libremente, sin interferencias ni presiones. Sin embargo, nunca antes quienes hacen posible que todos nosotros contribuyamos como ciudadanos informados a la construcción de sociedades libres, estuvieron bajo tanta amenaza. En el 2006, más de 150 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación fueron asesinados, más que en cualquier otro tiempo desde que comenzó este desalentador conteo.

Los países en conflicto son los más peligrosos para los periodistas, y el último año no fue la excepción. Los trabajadores de los medios de comunicación son a menudo víctimas accidentales de la confrontación armada; y con preocupante frecuencia algunas partes del conflicto, los convierten intensionalmente en blanco para poder operar en la oscuridad. Los periodistas también son asesinados, intimidados y acosados -por autoridades, grupos armados o crimen organizado- en países que nominalmente están en paz. Y ya sea que estén en paz o no, los países más peligrosos para el trabajo de los medios de comunicación, comparten una característica en común: casi siempre fallan en llevar a la justicia a aquellos que matan y atacan a los periodistas. El predominio de la impunidad ciertamente constituye un factor importante en la multiplicación de los ataques contra la prensa y a las violaciones al derecho a la libertad de expresión.

No obstante estos peligros, nunca se había contado con tan abundante información disponible para tantas personas alrededor del mundo. Esto representa un gran reconocimiento a la perseverancia y al valor de los periodistas y medios de comunicaión, y evidencia la implacable sed de la humanidad por la información y el conocimiento.

Aunque sabemos que cualquier intento por restringir el libre flujo de ideas es vano, lo importante es que los gobiernos y las autoridades cumplan con su obligación de respetar el derecho de todos a dar opiniones sin interferencia y de buscar, recibir y distribuir información a través de cualquier medio y sin considerar fronteras.

Por tanto, aprovecho esta ocasión para hacer un llamado a todos los gobiernos y autoridades, para que respeten o renueven su compromiso de garantizar el pleno ejercicio de la libertad de expresión, asegurar la seguridad de los periodistas y erradicar la impunidad que persiste en los crímenes contra los periodistas.

Fin