Mensaje de Jan Jarab en la VII Marcha de la dignidad nacional “Madres buscando a sus hijos, hijas, verdad y justicia”
Ciudad de México, 10 de mayo de 2018
Desde la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, tanto yo como los colegas que me acompañan, nos sentimos muy honrados de acompañarlas hoy aquí, en esta séptima marcha de la dignidad nacional.
En este día, queremos expresar nuestra solidaridad en su búsqueda de sus familiares y de verdad y justicia. Queremos expresar la solidaridad, apoyo y empatía. Como ustedes dijeron, este día debería ser un día de fiesta, pero no lo es. Hoy nadie debería estar aquí. Ninguna madre, pero tampoco hermana, hija, padre, hermano, hijo o cualquier otro familiar, no deberían estar hoy acá, sino en un gran abrazo con sus familias.
En estos momentos, quiero darles las gracias, al movimiento de las familias de personas desaparecidas. Ustedes han sido ejemplo para sus familias durante mucho tiempo, pero también ejemplo para toda la sociedad mexicana, son una luz de dignidad y coraje, en medio de unos tiempos dónde las malas noticias nos asaltan a diario. Estos rostros que podemos ver aquí, hablan de una enorme tragedia humana.
Es su voz la que debe escucharse en todo México, para tocar también los corazones más duros y lograr cambios profundos en el país. Ustedes ya han tenido un rol muy importante en la adopción de la mencionada Ley contra las desapariciones. Se logró dar un primer paso, pero es sólo un primer paso, y el trabajo está por delante.
Por favor, no duden que nuestra Oficina trabajando, acompañándoles desde todas sus capacidades, junto a ustedes en esta búsqueda y también para que ni una sola madre más, ni una sola familia más deba pasar por este terrible dolor.
Muchas gracias por dejarnos estar a su lado el día de hoy y en tantos otros espacios y momentos.
Muchas gracias por su atención.
Fin