Palabras de Jan Jarab durante el Primer Encuentro de Prevención de la Tortura en Zacatecas

Buenos días a todas y todos los presentes.

La tortura es una de las más horribles e inadmisibles violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, siempre hay quien la justifica bajo argumentos de seguridad pública, diciendo que las situaciones excepcionales, como la guerra civil, el terrorismo o los embates de la delincuencia organizada necesitan también medidas excepcionales y que el empleo de la tortura puede ser útil para evitar y castigar los crímenes. Recientemente hemos visto el resurgir de estos argumentos no solamente en países con gobiernos autoritarios, sino también en países con gobiernos que se dicen democráticos. “La policía sabe a quién golpear”; esto me lo dijo una mujer de clase acomodada en Europa, y es un buen ejemplo de la creencia de que la policía jamás podría golpear a la gente buena. Esta categorización de los “buenos”, esto es nosotros, frente a los “malos” lleva a disculpar lo que se hace en contra de estos últimos, inclusive la tortura. Tratar al otro de forma inhumana implica negarle su humanidad. Cuando el otro es identificado como un monstruo, es más fácil tratarlo de manera monstruosa.

Todo lo contrario, la defensa de los derechos humanos insiste en la importancia de la igualdad en dignidad de todas las personas, independientemente de que a su vez estas personas hayan atentado contra la dignidad de otras. En este sentido, nada justifica una violación a los derechos humanos como la tortura y de ahí que su prohibición sea absoluta.

Sin embargo, el flagelo de la tortura persiste en muchas partes del mundo. Ante este hecho, el escrutinio internacional por parte de órganos de derechos humanos se torna indispensable, como una forma de señalar aquellas cuestiones en las que los Estados están fallando en sus obligaciones de prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, así como para brindar la asistencia y cooperación técnicas para apoyar a los Estados para superar sus problemas en estas materias.

Así, resulta sumamente oportuna la celebración de este Primer Encuentro Internacional de Mecanismos Nacionales de Prevención de la Tortura, tomando en consideración la próxima visita del Subcomité para la Prevención de la Tortura a México. La comunicación e intercambio de experiencias entre los distintos Mecanismos a su vez enriquecerá la dinámica de asesoría e intercambio de información entre estos y el Subcomité, para el cumplimiento de los objetivos del Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. Sin duda de este Encuentro surgirán ideas que servirán al Subcomité en sus visitas a Estados.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos tiene entre sus principales funciones trabajar en conjunto con órganos de tratados para el cumplimiento de los tratados internacionales en materia de derechos humanos. En este sentido, la Oficina en México del Alto Comisionado manifiesta su entera disposición para brindar el apoyo que necesite el Subcomité para la Prevención de la Tortura en su visita a México, así como su disposición para trabajar con el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura en tanto órgano creado por el Protocolo Facultativo de la Convención.

La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos felicita a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas por la organización de este evento, así como a la Federación Iberoamericana del Ombudsman y a la Cooperación Alemana por el apoyo para su realización. Agradezco la invitación al evento y espero que estas sean jornadas provechosas de trabajo que resulten en iniciativas para una más eficiente prevención de la tortura y protección a los derechos de las personas privadas de libertad.

Gracias por su atención.

Fin