Panel de Discusión Intersesional sobre los derechos humanos de las personas migrantes en situación de vulnerabilidad | Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos

(21 de febrero de 2022) Excelencias y colegas,

Saludos a todos ustedes. Gracias al Consejo de Derechos Humanos por convocar esta importante sesión y brindar la atención que tanto se necesita a los derechos humanos de las personas migrantes en situaciones de vulnerabilidad.

Estoy muy complacida de estar acompañada por la Sra. Martha Delgado Peralta, Subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. Como patrocinador de la resolución del Consejo de Derechos Humanos sobre los derechos humanos de los migrantes, quiero agradecer a México por su liderazgo mundial en este tema.

Alrededor del mundo, unas 281 millones de personas están en movimiento. Decenas de millones viven en la sombra, enfrentando violaciones y abusos a sus derechos humanos y un desprecio letal por su dignidad. Se construyen muros y barreras para mantenerlas fuera. A menudo son vilipendiadas, tratadas como criminales, expuestas a violencia sexual y de género o detenidas arbitrariamente en condiciones espantosas. A veces incluso son separadas de sus hijos e hijas.

Ya este año sabemos que más de 270 personas migrantes han muerto o desaparecido durante su viaje en busca de seguridad y dignidad. La cifra real es ciertamente mucho mayor.

En muchos países, solidarizarse con las personas migrantes es un acto criminal. Las narrativas dañinas y deshumanizantes sobre la migración les utilizan como chivos expiatorios de problemas y temores sociales profundamente arraigados, a menudo con fines políticos o económicos.

Tales enfoques generan xenofobia y ponen vidas en peligro. Dañan el tejido social de nuestras sociedades y socavan nuestros valores comunes.

El Consejo de Derechos Humanos ha reconocido la necesidad apremiante de abordar las brechas críticas en la protección de los derechos humanos y solicitó a mi Oficina que desarrolle un conjunto de principios y directrices sobre personas migrantes en situaciones de vulnerabilidad.

Estas directrices describen que las personas migrantes son vulnerables a las violaciones y abusos de derechos humanos vinculados a uno o más de tres factores.

En primer lugar, las razones que obligan a las personas a migar. Las personas migrantes que abandonan sus países por necesidad, más que por libre elección, corren un mayor riesgo de sufrir violaciones de derechos humanos.

Piensen en los miles de niños y niñas que se quedan atrás, anhelando reunirse con sus padres y madres; en las familias cuyos medios de vida se ven erosionados por los efectos del cambio climático; en las personas que carecen de acceso a un trabajo digno, alimentación adecuada o atención médica. Ellos y ellas son particularmente susceptibles a la explotación y el abuso y puede ser mucho más difícil para ellos liberarse de esto o regresar a casa.

El segundo factor tiene que ver con las precarias circunstancias a las que se enfrentan las personas migrantes en tránsito, en las fronteras o en los países de destino. Las personas migrantes que no tienen acceso a las rutas para la migración regular siguen arriesgando sus vidas en busca de seguridad y dignidad, tomando trayectos arriesgados o utilizando medios de transporte peligrosos.

Miles pueden comenzar su viaje bien y con buena salud, pero llegan a su destino habiendo sufrido traumas profundos y abusos. En las fronteras, la detención obligatoria, las devoluciones y los retornos insostenibles no hacen sino empeorar su situación. Y en todas las etapas de su viaje, la falta de un estatus migratorio regular puede significar la exclusión de la justicia, el trabajo decente, la protección social, la asistencia sanitaria y la educación.

Por último, muchas personas migrantes siguen sufriendo una discriminación generalizada debido a factores personales, incluyendo la edad, el género o la discapacidad. Quiero dejar claro que las personas migrantes que, por ejemplo, están embarazadas, son jóvenes, son personas mayores, tienen mala salud o sufren discapacidades no son intrínsecamente vulnerables. Sin embargo, a menudo se ven obligados a correr peligro debido a políticas y prácticas discriminatorias.

Excelencias, colegas,

Las políticas migratorias importan. Pueden significar la diferencia entre personas migrantes que avanzan hacia un futuro más positivo y esperanzador, con dignidad asegurada para ellas y sus familias, o permanecer sumidos en una existencia de vulnerabilidades y precariedades.

La pandemia de COVID-19 ha llevado a muchos países a tomar medidas concretas para reducir las vulnerabilidades que enfrentan las personas migrantes. Estas medidas incluyeron proporcionar a las personas migrantes, independientemente de su estatus, acceso a los servicios de salud relacionados con la COVID. Implicaron la extensión de visas y permisos de residencia para evitar que caigan en situación irregular y, de manera crucial, la creación de alternativas a la detención migratoria.

Espero escuchar más de nuestros panelistas y de todos ustedes sobre algunas de las acciones que se han tomado, y deberían tomarse, para abordar las situaciones de vulnerabilidad en la migración. Estos podrían incluir, por ejemplo, mecanismos de regularización basados ​​en derechos humanos y razones humanitarias, asesoramiento psicosocial en las fronteras internacionales y barreras cortafuegos para separar la aplicación de la ley de inmigración de la prestación de servicios públicos.

Me complace especialmente que este seminario vaya a contar con las contribuciones expertas de los socios de la sociedad civil, las instituciones nacionales de derechos humanos, expertos independientes de los mecanismos de derechos humanos, la academia y las propias personas migrantes.

El Consejo de Derechos Humanos tiene un papel importante que desempeñar para contribuir a la orientación sobre las brechas críticas de protección que enfrentan las personas migrantes en situaciones de vulnerabilidad. Esto se muestra en los principios y lineamientos a los que me he referido, y en los principios y lineamientos de mi Oficina sobre derechos humanos en las fronteras internacionales que fueron considerados por el Consejo y luego integrados en el Pacto Mundial para la Migración.

Creo que el Consejo, junto con sus órganos y mecanismos, incluido el Relator Especial sobre los derechos humanos de los migrantes, puede aportar mucho a la importante labor que ya ha realizado para fortalecer la promoción y protección de los derechos humanos de las personas migrantes.

Incluir los derechos humanos de las personas migrantes en la agenda regular del Consejo, por ejemplo, mediante la celebración de un panel de discusión anual sobre este tema, podría ser una buena forma de avanzar. Mi Oficina continuará monitoreando e informando sobre violaciones y abusos de los derechos humanos de las personas migrantes y está lista para apoyar los esfuerzos de los mecanismos de derechos humanos en este sentido.

El Consejo también tiene un papel importante en impulsar la implementación del Pacto Mundial para la Migración, por ejemplo, sirviendo como foro para discutir y medir el progreso del compromiso de los Estados para implementar el Pacto.

El mayor enfoque del Consejo en los derechos humanos de las personas migrantes no solo generaría progreso, sino que también resaltaría la relevancia y capacidad de respuesta del propio Consejo.

Espero que estas ideas enriquezcan sus discusiones más tarde el día de hoy.

Gracias.

Consulta la versión original en inglés: https://www.ohchr.org/SP/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=28139&LangID=E

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