Gracias por defender los derechos humanos

Artículo de opinión de Jesús Peña Palacios, Representante Adjunto de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, publicado en Mural el 18 de junio de 2020

¿Alguna vez usted ha sentido indignación ante un abuso de poder? ¿Alguna vez ha alzado la voz contra una injusticia en la escuela, en la calle, en el trabajo o en su propia casa? ¿Alguna vez ha dicho “basta” cuando alguien humillaba o atacaba a otras personas que se encontraban en una posición más débil? ¿Alguna vez ha protestado por la destrucción de un parque o un bosque, por el deterioro de los servicios de salud, por la falta de agua en su colonia? Si respondió que sí a alguna de estas preguntas o a otras muchas, usted es una persona defensora de los derechos humanos.

Sí, ese grupo de personas al que frecuentemente nos referimos organizaciones de la sociedad civil, organismos internacionales, medios de comunicación y autoridades son personas que como usted han decidido expresarse, de manera pacífica, contra la injusticia y los ataques a la dignidad humana. Pueden ser personas famosas como Martin Luther King participando en la lucha contra el racismo, Malala Yousafzai defendiendo el derecho a la educación de las niñas en Pakistán o Eleanor Roosevelt coordinando la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sin embargo, la mayoría de las personas defensoras de los derechos humanos desarrollan su actividad en las calles, en las colonias, en los pueblos de todo el mundo de forma anónima.

En los últimos días hemos sido testigos de la importante labor de las personas defensoras de los derechos humanos en Guadalajara. Durante las protestas que se desarrollaron la semana pasada, se documentaron y visibilizaron abusos cometidos por servidores públicos que causaron indignación y rechazo a nivel nacional e internacional. Esta legítima indignación, esta movilización no habría sido posible sin las personas defensoras de derechos humanos y periodistas que documentaron y dieron a conocer dichos abusos. Ante la falta de certeza sobre el número de personas que habían sido detenidas y cuyo paradero se desconocía, fueron personas indignadas y organizaciones de derechos humanos quienes reunieron la información y actuaron frente a este abuso de poder.

Esta labor evitó mayores hechos de violencia y violaciones de derechos humanos.

Sin embargo, igual que en otros lugares, quienes defienden derechos humanos en este contexto han enfrentado acusaciones falsas, hostigamientos y campañas de desprestigio. Mentiras e información distorsionada destinada a inhibir que alcen la voz ante las injusticias. Frente a éstas y otras agresiones contra personas defensoras de derechos humanos, resulta fundamental que la sociedad en su conjunto, incluidas las autoridades, muestren su respaldo público e inequívoco a esta legítima labor.

Desde la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos reafirmamos que las personas defensoras de derechos humanos son fundamentales para hacer realidad las promesas contenidas en la Constitución y en los tratados internacionales y por ello merecen nuestro más sincero agradecimiento, admiración y apoyo para continuar defendiendo los derechos que son de todas y todos.