Hermelinda Tiburcio: Incansable defensora de los derechos de las mujeres indígenas

Hermelinda Tiburcio Cayetano es una defensora mixteca de derechos humanos, que ha trabajado desde muy joven por los derechos de las mujeres indígenas en el estado de Guerrero.

Hermelinda nació en el corazón de la Montaña mixteca (en la Costa Chica de Guerrero) donde creció, siendo testigo de la pobreza, la débil presencia institucional y la constante migración de las comunidades a las zonas urbanas. Desde temprana edad observó cómo las mujeres en la región sufrían afectaciones a su derecho a la integridad personal y su derecho a la vida debido al machismo imperante. Las muertes maternas, el maltrato físico y psicológico, y la discriminación económica y social hacia las mujeres mixtecas guerrerenses, pasaban diariamente frente a su retina.

A los 11 años, y movida por un sentido de búsqueda de justicia en las comunidades indígenas mixtecas, Hermelinda se marchó de su natal Yoloxóchitl y empezó a trabajar como trabajadora del hogar en Ometepec (capital del distrito), lo cual le permitió terminar sus estudios de secundaria. Gracias a su tesón y su trabajo así como al apoyo de una iglesia evangélica, pudo posteriormente obtener títulos universitarios en desarrollo comunitario y en psicología.

En 1997, Hermelinda se integró al “Movimiento Estatal del Consejo Guerrerense 500 años de Resistencia Indígena”, donde continuó su proceso de formación en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas.

Hermelinda fue la primera mujer mixteca que se pronunció públicamente sobre el tema de la violación sexual a mujeres indígenas en la región cuando, en 1999, expuso el caso de violación sexual de dos mujeres, Victoriana Vázquez Sánchez y Francisca Santos Pablo,  a manos del ejército Mexicano, en Barrio Nuevo San José, Municipio  de Tlacoachistlahuaca. A partir de ese momento, se dictaron órdenes de aprehensión contra ella, por varios delitos, que fueron retiradas en 2003, gracias a una demanda de amparo.

Actualmente, Hermelinda pertenece a la “Coordinadora Guerrerense de Mujeres Indígenas”, es integrante  activa de la “Coordinadora Nacional de Mujeres”, y de la organización “K’inal Antzetik”(Tierra de Mujeres, en tzetzal) desde donde lucha y hace visible la situación de exclusión,  violencia y discriminación que sufren las mujeres indígenas en México.

En 2007, Hermelinda fue nombrada Presidenta del Fondo Regional Na savi. A.C., constituido cinco años antes con la colaboración monetaria de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), a través del gobierno federal. El Fondo fue creado con el ánimo de destinar recursos económicos a programas de apoyo a los derechos de la población indígena, sobre todo de las mujeres.

Sin embargo, poco después de su creación, la defensora comenzó a observar que parte de los fondos destinados a proyectos productivos para mujeres indígenas, estaban siendo malversados por funcionarios públicos al interior de la CDI. Hermelinda denunció que, al haber expuesto las anomalías encontradas ante la contraloría de la sede de la CDI, así como interponer una denuncia ante el Ministerio Público por desvío de recursos, “lo único que encontr(ó) fueron amenazas, difamación e intentos de asesinato”.

De hecho, desde que comenzó su labor como defensora, Hermelinda ha sido continuamente hostigada, amenazada, y en al menos tres ocasiones se ha atentado contra su vida. Uno de estos episodios tuvo lugar en enero de 2014, cuando varias personas llegaron a su casa en la madrugada y rafaguearon a balazos su puerta.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas en México (ONU-DH), entre otras funciones de su mandato, realiza labores de monitoreo y observación, documentando casos de denuncias de violaciones de derechos humanos.

En este sentido, la ONU-DH documentó el caso de Hermelinda Tiburcio, dando seguimiento a las averiguaciones previas abiertas ante el Ministerio Público en la Fiscalía de Justicia del Estado de Guerrero, así como a su situación de riesgo e implementación de las medidas de protección ante el Mecanismo Nacional de Protección de Personas Defensoras y Periodistas.

El 17 de diciembre de 2013, el Mecanismo Nacional de Protección de Personas Defensoras y Periodistas incorporó, a través del procedimiento extraordinario, a Hermelinda Tiburcio. En Junta de Gobierno celebrada en febrero de 2014, se discutieron las medidas de protección de la defensora, cuyo riesgo había sido valorado como “alto”, y se le otorgaron  diversas medidas, incluido un esquema de protección personal a ser proporcionado por el estado de Guerrero.  Estas últimas medidas no se implementaron de manera adecuada ni completa, y resultaron desgastantes para la defensora e ineficaces a la hora de brindarle la seguridad que necesita para poder continuar sus labores sin que su vida corra peligro. Por esta razón, y con miras a subsanar esta situación, el Mecanismo Nacional de Protección recientemente acordó reforzar sus medidas de seguridad, modificando en particular su esquema de protección personal.  Estas nuevas medidas ya están siendo implementadas,  lo cual ha significado una mayor protección para la defensora.

No obstante lo anterior,  las denuncias y los agravios cometidos contra Hermelinda  siguen impunes, lo cual mantiene vigente el riesgo de su labor. A pesar de las denuncias interpuestas por la defensora ante el Ministerio Público del estado de Guerrero, tanto por las amenazas y tentativa de homicidio sufridas por razón de su trabajo, como por aquellas contra el CDI y otros funcionarios del Fondo Regional por el desvío de recursos y falsificación de documentos, éstas siguen sin ser conclusivas en cuanto a esclarecer los hechos y sancionar a los responsables.

Hermelinda ha señalado  “estoy consciente que cada día existe la posibilidad de morir, pero he decidido seguir soñando junto con los sueños de muchas de mis hermanas indígenas que viven esperando un México mejor, esperando que las instituciones de gobierno ejerzan con transparencia los recursos públicos,  que las instituciones de impartición de justicia sean parciales y justas, y que dan su vida, por sus hijos y por la generación futura. Porque abandonar mi lucha es abandonar mi sueño, de qué me serviría escaparme de la pobreza, la marginación, la ignorancia y el machismo, si yo como mujer, madre, esposa,  hija, profesionista, indígena,  ignorara  lo que pasa en este país, ¿de que me serviría estar  viva?, si abandono mi lucha y mi sueño, mi cuerpo, mi ser,  moriría en vida. Si el universo me diera la oportunidad de volver a nacer,  haría lo que hago hoy”.

La ONU-DH continúa dando seguimiento al caso de Hermelinda y seguirá trabajando con las autoridades para que éstas investiguen quién está detrás de las agresiones contra la defensora y que se implementen las medidas de seguridad que ella requiera para que continúe defendiendo los derechos de las mujeres indígenas y mixtecas.

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