Mensaje del Secretario General, Ban Ki-moon, por el Día Internacional de la Juventud 2012

La generación de jóvenes actual, que es la más numerosa de la historia y en su gran mayoría vive en países en desarrollo, tiene un potencial sin precedentes para mejorar el bienestar de toda la familia humana. Sin embargo, son demasiados los jóvenes, incluso los que tienen un nivel de estudios alto, que se enfrentan a salarios bajos, empleos sin porvenir y tasas récord de desempleo.

La crisis económica mundial afecta a los jóvenes más que a nadie y, comprensiblemente, muchos se sienten desalentados ante las crecientes desigualdades. Un gran número de ellos carecen de perspectivas inmediatas y no pueden participar en los procesos políticos, sociales y de desarrollo de sus países. Si no adoptamos medidas con urgencia, nos arriesgamos a crear una «generación perdida» de talento y sueños desaprovechados.

Trabajar con y para los jóvenes es una de mis máximas prioridades. Los jóvenes constituyen una fuerza transformadora; son agentes de cambio creativos, ingeniosos y entusiastas, ya sea en las plazas públicas o en el ciberespacio. Desde su determinante función en la labor encaminada a lograr la libertad, la democracia y la igualdad hasta su movilización a escala mundial en apoyo de Río+20, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, los jóvenes han demostrado vigorosamente una vez más su capacidad y su deseo de cambiar el curso de la historia y acometer los desafíos mundiales.

Los jóvenes de ambos sexos no son beneficiarios pasivos sino asociados iguales y eficaces. Sus aspiraciones van mucho más allá del empleo; también quieren sentarse a la mesa, tener una voz real a la hora de configurar las políticas que dan forma a su vida. Tenemos que escucharlos y hacerles participar. Tenemos que establecer mecanismos más numerosos y sólidos para que intervengan. Ha llegado el momento de integrar las voces jóvenes de una manera más significativa en los procesos de adopción de decisiones a todos los niveles.

En el mundo entero se reconoce cada vez más la necesidad de reforzar las políticas y las inversiones relacionadas con los jóvenes. En este Día Internacional de la Juventud, exhorto a los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y las entidades académicas a que abran las puertas a los jóvenes y fortalezcan sus asociaciones con las organizaciones por ellos dirigidas. Los jóvenes pueden determinar que estos tiempos avancen hacia peligros mayores o hacia cambios positivos. Apoyemos a los jóvenes de nuestro mundo para que se conviertan en adultos que alumbren más generaciones de líderes productivos y llenos de energía.

Fin