Pronunciamiento conmemorativo del día internacional de la libertad de prensa Louise Arbour sostiene que el hostigamiento y las cláusulas de confidencialidad de la información socavan la libertad de prensa

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa que se celebra el 3 de mayo, subrayando la importancia de los esfuerzos que los medios de comunicación hacen para cumplir con su vital tarea de informar al público sobre los principales acontecimientos y políticas -derecho consagrado por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

“Es lamentable que muchos gobiernos alrededor del mundo persistan en socavar la libertad de prensa para informar sobre los hechos y opiniones y, por extensión, el derecho de las personas en general a estar informadas de los acontecimientos y políticas que dan forma a nuestro mundo,” dijo Arbour.

“Esto se realiza de diversas formas. Algunos gobiernos siguen amenazando, deteniendo, agrediendo o incluso ejecutando a los y las periodistas con motivo de su trabajo, -o fracasan en protegerles de manera satisfactoria frente a actos similares perpetrados por criminales u otras fuerzas que intentan suprimir la verdad”.

“Otros (Gobiernos), incluyendo a los de los países que en teoría gozan de la libertad de prensa, recurren a métodos más sutiles para socavar la profundidad y la exactitud de la información que llega al público”, dijo Arbour. “Los gobiernos han recurrido de manera creciente a establecer cláusulas de confidencialidad sobre aquella información que revela su forma de actuar, así como al uso de métodos sofisticados para difundir información propagandística como si ésta fuera información objetiva – especialmente, aunque no de manera exclusiva, cuando los gobiernos sostienen que el objeto de la información está relacionado con cuestiones de seguridad. Esta tendencia también ha contribuido a socavar gradualmente la protección de la confidencialidad de las fuentes de los y las periodistas – fundamento de la libertad de prensa.”

“La proliferación de nuevas leyes o cláusulas de confidencialidad de la información gubernamental orilla a los medios de comunicación a recurrir a la especulación, lo que después puede ser utilizado en su contra para minar su credibilidad, o incluso como una justificación para iniciar procedimientos judiciales en su contra. La situación se agrava debido a que algunos grupos mediáticos están dispuestos a comprometer su objetividad con tal de obtener un acceso privilegiado a los aspectos de la noticia controlados por el Gobierno.

El artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos está dedicado al derecho a la libertad de opinión y de expresión. “Este derecho” enfatizó Arbour, “incluye la libertad de sostener opiniones sin interferencia y de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas por cualquier medio sin restricción de fronteras.”

“No es una coincidencia que gran parte de las violaciones más graves a los derechos humanos ocurren en países donde la capacidad de los medios de comunicación de criticar al Gobierno está marcadamente restringida, o es inexistente,” mencionó Arbour. “La libertad de prensa es en muchos aspectos un barómetro del progreso de las sociedades, en las que los y las periodistas son a menudo las personas con mayores posibilidades e influencia para defender los derechos humanos. La considerable cantidad de informes confiables que recibimos sugiere que no ha cesado el número de personas periodistas que están siendo detenidas, golpeadas, torturadas y asesinadas”.

“Algunas y algunos corresponsales extranjeros tienen el respaldo de agencias noticiosas y medios de comunicación internacionales, que están en condiciones de movilizar su apoyo entorno a estas dificultades. Muchas y muchos periodistas nacionales carecen de este apoyo
-y es esa situación crítica la que quiero levantar el día de hoy”.

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