Apoyar a defensores y defensoras de derechos humanos y periodistas en México: “un privilegio”

México reportó su primer caso de COVID-19 a finales de febrero. Para el 13 de mayo ha habido 40,186 casos confirmados de contagio en el país y 4,220 muertes.

ONU Derechos Humanos en México trabaja de cerca con las instituciones locales y nacionales para ayudar a asegurar que las medidas que se adoptan para combatir el virus no impactan de manera inadecuada los derechos humanos, en particular de aquellas personas más vulnerables.

Ricardo Neves es miembro del equipo de México y trabaja particularmente monitoreando y apoyando periodistas y defensoras y defensores de derechos humanos. Dice que la pandemia ha sido un momento de desafío para estos grupos.

¿Cómo ha afectado la COVID-19 tu trabajo?

Cuando se trata del trabajo, la distancia [física] tiene un gran impacto. Uno de los privilegios absolutos de nuestro trabajo es que normalmente implica encontrarse con todo tipo de personas y tener un contacto cercano con muchas personas, víctimas, organizaciones de la sociedad civil, autoridades. Después de todo, sabes, el trabajo de derechos humanos es sobre la gente y los vínculos que creamos. Entonces, el impacto principal es definitivamente la incapacidad para encontrarnos personalmente con todas estas personas. Y es un alto precio porque nuestro trabajo puede ser entendido o simplificado hasta cierto punto como que recibimos información de las personas, usualmente víctimas o sus representantes, que lo procesamos y luego mandamos mensajes clave a otras personas que tienen el poder o la capacidad de generar un cambio positivo en la situación. Entonces, estar más lejos de lo usual limita nuestra capacidad de recibir información y nuestra capacidad de abogar y conseguir un cambio positivo.

¿Cuáles son algunos de los retos que enfrentan defensoras y defensores de derechos humanos y periodistas en México durante la pandemia?

México es un país donde el trabajo de defensores y defensoras, así como el de periodistas es ya extremadamente complicado. En el contexto de la pandemia por COVID-19, la situación no ha cambiado. Por ejemplo, tenemos al menos una periodista que fue brutalmente asesinada a balazos, otra periodista que fue apuñalada y otra más que también fue balaceada durante la cobertura de una protesta, aunque afortunadamente se recuperó. Y todas mujeres. Respecto a defensores y defensoras de derechos humanos, hemos documentado al menos tres asesinatos durante la pandemia.

¿Cómo está ONU Derechos Humanos en México apoyando periodistas y defensoras y defensores de derechos humanos en estos tiempos extraordinarios?

Nos enfocamos en apoyar la operación del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas y continuamos participando en las reuniones de la junta de gobierno, donde los planes de protección a periodistas y personas defensoras de derechos humanos se deciden. Entonces, nuestro foco está en la protección y también, por supuesto, en proveer activamente información a distintas instituciones, sobre estándares internacionales y concretas recomendaciones de cómo actuar.

¿Por qué es importante estar juntos, defender los derechos humanos, especialmente durante la pandemia?

La solidaridad y el entendimiento son clave en estos tiempos difíciles. Primero que nada, debemos entender que, a pesar de las obvias implicaciones económicas, estamos hablando con una cuestión humana y no una financiera. Un enfoque de derechos humanos ubica a los seres humanos en el centro de las respuestas de emergencia y otras medidas. El virus es una amenaza para toda la humanidad, sin importar el país, la religión, las posesiones o la etnicidad. Esto significa que ningún país puede resolver o superar esto solo. Sólo si actuamos juntos, solidariamente, podremos superar el virus y allanar el camino para la recuperación de sus muchos impactos.

19 de mayo de 2020

Fin