Liberado: Juan Carlos Soni Bulos, defensor del pueblo tenek

Es necesario madrugar para llegar a la cumbre donde se ubica la sede de la ONG Academia de la Cultura Indígena de la Huasteca Potosina en Tancanhuitz, San Luis Potosí. Levantada con paredes de bambú y techo de palma en medio de la selva, esta organización fue fundada por el defensor de derechos humanos Juan Carlos Soni Bulos y centra sus esfuerzos en defender y promover los derechos de los pueblos indígenas en la comunidad Tenek. Juan Carlos habla tenek y náhuatl lo que le permite tener contacto directo con las comunidades indígenas.

Para conocer el espacio de trabajo de Juan Carlos debemos remontarnos a 1995 cuando inició su labor como defensor de derechos humanos, documentando casos en los que se vieron comprometidos los derechos de las comunidades indígenas huastecas. Uno de los más representativos fue el trabajo de defensa que llevó a cabo en 2004, cuando en Huehuetlán, San Luis Potosí, defendió  la “Cueva del Maam” que significa “Dios Viejo”, lugar sagrado que por siglos, ha sido considerado como el acceso a un altar indígena huasteco náhuatl y que había sido cerrado por particulares. La incidencia política gestionada por Juan Carlos permitió que el gobierno del Estado intercediera y se permitiera el acceso a los peregrinos que continúan actualmente dejando sus ofrendas cada fin de año.

Juan Carlos no sólo es defensor de derechos humanos, sino que ha aprovechado su internamiento en selva huasteca para recolectar hierbas curativas y semillas que le han permitido desarrollar actividades de medicina botánica tradicional. Ha apoyado a grupos de artesanos que confeccionan indumentaria y artesanía tenek para que puedan comercializar sus mercancías. Asimismo, ha impulsado las danzas indígenas milenarias tzakam som y pulik som que rinden tributo a la madre tierra y a los elementos de la naturaleza por los frutos de sus cultivos.

Esta labor de defensa de los pueblos indígenas se vio interrumpida en el mes de junio de 2013 cuando sufrió dos allanamientos en su domicilio por parte de la Secretaría de Marina (Semar), lo que obligó a Juan Carlos a solicitar el cobijo del Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de Gobernación (Segob), mismo que lo admitió como peticionario. El 9 de noviembre de 2013 Juan Carlos fue detenido ilegalmente y fuertemente golpeado en su domicilio en Tanquián, San Luis Potosí, por elementos de la Semar. En este tercer allanamiento, los elementos de dicha secretaría también detuvieron a cuatro personas conjuntamente con Juan Carlos, uno de ellos su sobrino. Fue acusado por la Procuraduría General de la República por los delitos de portación de arma de fuego, posesión de cartuchos para arma de fuego y delitos contra la salud, en la modalidad de posesión de clorhidrato de cocaína y marihuana y recluido en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) de Tepic, Nayarit por más de un año. La primera semana de marzo del presente año, el Juzgado Séptimo de Distrito de Cd. Valles, San Luis Potosí, dictó a Juan Carlos Soni Bulos y a sus tres coprocesados, una sentencia absolutoria que los liberó de todas las acusaciones planteadas.

La ONU-DH contribuyó con información a la comunicación efectuada por cinco Procedimientos Especiales de Naciones Unidas (Grupo de Trabajo sobre la detención arbitraria, la Relatoría Especial sobre el derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas, la Relatoría Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos y la Relatoría Especial sobre la tortura) quienes notificaron a la Misión Permanente de México en Ginebra y solicitaron el correspondiente informe acerca de los hechos cometidos en perjuicio de Juan Carlos Soni Bulos y las demás personas detenidas. De hecho, Juan Méndez, Relator Especial sobre la tortura, en su visita oficial al país en abril del 2014, conoció a Juan Carlos en su celda en el Cefereso en Nayarit.

La Oficina llevó a cabo diversas gestiones con el objetivo de que Juan Carlos y sus coacusados lograran justicia. Entre otras cosas, visitó el lugar de la detención del defensor y las demás personas y recabó testimonios de los allanamientos y de la detención en contra de Juan Carlos y de las otras cuatro personas efectuadas por la Semar; asimismo se entrevistó con autoridades locales; también colaboró con el Instituto Federal de la Defensa Publica Federal acercando a su defensor público estándares internacionales sobre detención ilegal y torturas, conceptos que éste invocó cuando emitió sus conclusiones en el juicio contra Juan Carlos; además, brindó información a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que posteriormente conformó una queja; también al Mecanismo de Protección de Segob se le allegaron estándares internacionales sobre los derechos de los defensores de derechos humanos que se encuentran privados de su libertad. Finalmente, la Oficina, vía su equipo de observación, visitó a Juan Carlos cinco veces en el Cefereso donde estuvo recluido; ahí además se celebraron reuniones con el personal directivo y jurídico para garantizar que sus condiciones de reclusión fueran óptimas.

Ahora que ha sido absuelto y puesto en libertad, Juan Carlos espera volver a su labor de defensa de los pueblos indígenas y expresar libremente en idioma tenek “T’ulé kain tolmish talab a ti tzejuan tal chic inikchic” -Me gusta ayudar a la gente-.

Fin