Palabras de Guillermo Fernández-Maldonado para la actividad de cierre de la campaña “Conocerles es reconocerles”

31 de octubre de 2022. Buenos días. Es un privilegio estar con ustedes para recordar colectivamente a quienes ya no están físicamente con nosotras/os. Es un momento de rememorar los momentos compartidos con estas personas y es una oportunidad para reconocer la gran deuda que la sociedad mexicana tiene con ellas. Sin duda, es también un momento en que afloran emociones y sentimientos, de añoranza y gratitud, pero también rabia e impotencia.

Hoy nos corresponde reconocer su justa lucha y seguir exigiendo los derechos a la verdad, a la justicia, a la reparación y a las garantías de no repetición. Incluso las ya dolorosas cifras que difunden los medios no logran expresar la tragedia humana por cada vida arrebatada, las familias arrasadas por el dolor, los niñas y niños que no volvieron a ver a su papá o su mamá, a sus abuelos. Cuantas personas aquí presentes han experimentado esta cruel pérdida de amigas, amigos, compañeras y compañeros de muchos años.

A todas estas personas debemos recordarlas por su compromiso por la sociedad. Pero también por su dimensión humana. Cada una de ellas, como nosotros y nosotras, eran todo un mundo de experiencias vitales, donde hay risas, esperanzas, sueños, metas, frustraciones y miedos, donde hay amor, compromiso y valores. A ellas les recordamos porque este amor, compromiso y valores las llevaron a alzar la voz para exigir los derechos de todos y todas para vivir con dignidad.

La diversidad de los perfiles aquí presentes es una celebración de la diversidad de la sociedad mexicana.  Personas que defendían el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, que abogaban por la justicia, por la educación de la niñez, por los derechos de las y los trabajadores, de los pueblos indígenas.  Personas que muchas veces se lanzaron en la defensa de los derechos humanos por necesidad, para defender sus tierras, su derecho a amar a quien quieran o para buscar a sus seres queridos desparecidos. Periodistas que informan en uno de los contextos más adversos y peligrosos del mundo, que van a los lugares más remotos y olvidados.

Su esencial labor construye y fortalece la democracia y el estado de derecho. Estas palabras, que pueden parecer abstractas, cobran su real significado y alcance cuando tomamos conciencia que muchos de los derechos hoy reconocidos legalmente y cuya vigencia se exige a los estados, son fruto del compromiso y trabajo de estas personas, que formaron parte de largas y difíciles luchas sociales.

La labor de quienes ejercen el periodismo han cobrado todavía mayor relevancia en estos tiempos de polarización, desinformación y violencia. Son quienes en buena medida logran que la sociedad mexicana tenga acceso a su derecho a la información. Son quienes investigan, denuncian y hacen público el abuso de poder, la corrupción y los daños ambientales.

Periodistas y personas defensoras hacen un trabajo que muchas veces no es visible, en ocasiones anónimo, no reconocido, enfrentando violencias y estigmatización por afectar poderosos intereses. De allí la importancia que el estado cumpla con su obligación, conforme a las normas y estándares internacionales, de adoptar medidas efectivas para garantizar que puedan realizar su labor con seguridad y libertad.

Nos sumamos a un llamado a mantener viva la memoria de todas estas personas, a difundir y celebrar su legado. Hoy debemos destacar la trascendental importancia de que el Estado redoble esfuerzos, recursos y coordinación, para poner fin a la impunidad de la mayoría de casos, para que cumpla su deber de investigar y sancionar conforme a la ley a quienes tuvieron algún tipo de participación en los asesinatos de personas defensoras y periodistas. Pero no menor relevancia ni esfuerzos merece la adopción de medidas preventivas y la erradicación de las causas que facilitan la repetición de estos actos criminales. Tal vez de manera individual no podemos cambiar el mundo, pero si podemos hacer nuestra parte.  Las personas que hoy honramos en nuestra memoria hicieron su parte de manera extraordinaria e inspiradora.

Muchas gracias

Fin